Senez 1 (1984)

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  • Fecha de publicación: diciembre 1984
  • ISSN: 84-7086-115-8
  • D.L.: S.S. 686-84
  • 152 pp.

Todos los artículos de este número se han publicado en euskera.


Presentación
Senez

Traducción: Koldo Morales

Antes de comentar quién hace esta revista, cómo la hace y para qué la hace, en esta introducción del primer número de lo que esperamos sea el principio de una iniciativa duradera nos permitiremos decir unas palabras sobre la traducción, así como sobre la traducción en euskera.

En efecto, cuando nos preguntamos sobre las razones para hacer esta revista de traducción y terminología, tenemos que preguntarnos también cuál es la finalidad de la propia traducción y de la terminología. Después de contestar a esto vendrá el resto de preguntas: ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? La traducción es un tipo de actividad que surge desde el momento en que dos lenguas entran en contacto. También la terminología es algo que existe desde que el hombre apareció en la tierra y sintió la necesidad de decir cosas nuevas. Podría decirse, además, pues no faltan razones para ello, que cuanto más pequeño es un pueblo, cuanto menor es el número de personas que componen el pueblo que habla un idioma, entonces con mayor frecuencia surge la necesidad de realizar traducciones desde otros idiomas. Es de sobra conocido que los pueblos que tienen más cantidad de personas bilingües o plurilingües son los pueblos pequeños, y que cuanto más pequeños son esos pueblos más plurilingües son. (Según dicen, en las tribus indígenas del Amazonas es cosa normal que cualquier persona conozca cuatro o cinco lenguas y que sea capaz de hablarlas o al menos de entenderse en ellas, algo que parece una exageración para la población europea, pese a estar tan desarrollada y avanzada). También en Euskal Herria es larga la historia de la traducción. Puede pensarse, al menos, que Euskal Herria ha tenido desde siempre relaciones con gentes de otros pueblos, con extranjeros, y que de alguna forma teníamos que ser capaces de entendernos con esas personas. No hay más que pensar en hasta qué punto haría en su día necesarias las traducciones el camino de peregrinación a Santiago, hasta el punto que Aymerich Picaud sintió la necesidad de elaborar su diccionario. También la terminología es una actividad que viene desde nuestros orígenes, al menos si se considera a los préstamos como una forma de hacer terminología.

También en los libros impresos, al menos en los que se conocen, ha incorporado el euskera la traducción terminológica, antes y después de su realización, después de llevar a cabo intentos formales de teorización y de establecer criterios para la terminología.

Desde entonces se han hecho numerosos trabajos en el ámbito de la traducción en euskera, en la teorización de la traducción y en la terminología. En lo referente a la traducción, la mitad de los libros que se han editado hasta este siglo han sido traducciones. Asimismo, se han realizado breves trabajos de teorización sobre la traducción, empezando por Leizarraga, Larramendi, Cardaberaz y autores similares, y continuando hasta nuestros días. Hay que tomar en cuenta, además, que muchos textos que se han presentado como textos originales han sido denunciados como traducciones, como malas traducciones. Pese a que el tiempo de los Larramendi y Cardaberaz está ya pasado, la traducción en Euskal Herria no ha descendido ni en números absolutos ni en números relativos. Al contrario, puede decirse que tanto en conjunto como en proporción hoy en día se traduce más que nunca de otros idiomas al euskera, y ello no es un misterio. Sobre todo por dos razones.

En primer lugar, porque en la sociedad actual se maneja mucha más información que en tiempos pasados. Y todo tipo de información. En la medida en que avanza el modo de vida del hombre así se dice para abreviar, en la medida en que crecen las comodidades, el hombre cada vez dedica más tiempo a la comunicación. No se dice qué tipo de comunicación. Eso merecería otro análisis.

Sin embargo, puede decirse que la información que se maneja en Euskal Herria procede de dos fuentes; podrían distinguirse dos tipos de fuentes de información: la información que procede del exterior de Euskal Herria, en la medida en que se considera necesaria esa información, en la medida en que existe demanda de esa información, puede conseguirse de dos formas:

a) Aprendiendo el idioma en que viene esa información.
b) Mediante su traducción.

Algunas informaciones se limitan a informar sobre acontecimientos. Otros tipos de información dan cuenta de acontecimientos que pueden cambiar el modo de vida; sobre todo en las informaciones científicas. No obstante, en los ámbitos de la ciencia y de la técnica se producen novedades y avances de forma permanente, día a día, debido a la velocidad que han alcanzado en la actualidad. Y como consecuencia de ello, en todas partes sucede que los científicos y técnicos que trabajan en esta profesión aprenden los idiomas en que se realizan dichos avances, sobre todo cuando la información no se difunde al gran público. En esos casos, existe un idioma o idiomas que de forma implícita están designados para esos tipos de información, para ser utilizados en esos ámbitos, y los científicos y técnicos de esos ámbitos utilizan ese idioma para comunicarse entre sí.

Tal como suceden las cosas hoy en día, podría decirse que esos idiomas son sobre todo el inglés y el alemán, y también de forma creciente el ruso. Ese comportamiento no es un patrimonio especial de los idiomas pequeños, pues en los idiomas con gran número de hablantes se aprecia la misma postura. Si la información que se desea adquirir es más general, es decir, si afecta a un mayor número de ciudadanos (queremos decir, sobre todo, que tiene relación con su trabajo), si tiene más interesados y consumidores, la tendencia más normal y habitual es acudir a la traducción. En efecto, la traducción es una actividad especial que se realiza para responder a una necesidad de información, a un interés.

No obstante, ¿quién decide qué información es de interés general y qué información no lo es? Pues lo que en un momento concreto es información que solamente posee un pequeño grupo, lo que en ese momento se llama sabiduría y es patrimonio de unos pocos hombres sabios, se convierte en información general en un momento posterior; la historia está llena de ejemplos y pruebas de ese proceso. Las enciclopedias de las escuelas están llenas de cosas que en una época eran conocidas por muy pocas personas. Por ese motivo, en todos los idiomas mayoritarios y minoritarios, en todos los idiomas que tienen muchos o pocos hablantes, o al menos en los idiomas de sociedades que conservan la energía de preocuparse por sí mismas tomamos a nuestro idioma como uno de ellos, se están poniendo a disposición de la sociedad herramientas para recibir la mayor cantidad de información posible mediante traducciones. No hay más que ver, aunque resulte sorprendente, al contrario de lo dicho anteriormente, que las sociedades a las que pertenecen los idiomas con mayor número de hablantes son las que normalmente tienen las proporciones más pequeñas de personas bilingües o plurilingües.

Si tomamos en cuenta, además, que mucha de la información que se comunica entre naciones corresponde a campos de la ciencia, o a la divulgación de esos campos, entonces la terminología origina un gran trabajo, puesto que suele ser una fuente múltiple de información. Y no es menor el trabajo de control de los significados de los bancos terminológicos que se produce como consecuencia de la necesaria exactitud del idioma científico.

Con todo esto no queremos decir que la mera multiplicidad de interesados legitime la traducción. Otro factor que promueve la traducción es el interés por conocer la información con la mayor exactitud posible, con el mayor control posible sobre el contenido. En efecto, no siempre se puede pedir que el emisor y el receptor que participan en la situación comunicativa conozcan el mismo idioma de forma adecuada; sin embargo, podría suceder que ambos deseen conocer y controlar la información con exactitud y con todos sus puntos y matices; en esos casos surge la demanda de traducción. Pensemos por ejemplo en los contratos, en el trabajo de los traductores jurados. En esos casos, debido a la necesidad de exactitud y a la necesidad de control, el trabajo de los traductores está llegando a alcanzar un estatuto publico e incluso institucional, con objeto de que un texto concreto se dote de valor legal.

En una situación lingüística normal, esos dos tipos de traducción son los que más funcionan. Y la abundancia de la información que se proporciona de esa forma requiere rapidez de transmisión y una prueba de fiabilidad; la necesidad de realizar la transmisión con rapidez, por su parte, requiere una convertibilidad fácil y cómoda entre idiomas.

Para ello, una posibilidad es que los idiomas se igualen hasta ser dialectos el uno del otro, de forma que llegue a ser posible una traducción literal casi simultánea y automática, pero en ese teoría simple se hace abstracción de la persona y de la práctica lingüística, resultando ser algo absurdo; la otra opción es la necesidad de profundizar en la teoría de la traducción y en el conocimiento de los idiomas sus ámbitos de utilización y en las descripciones precisas. Por ese camino también podremos plantear la traducción automática mediante máquina, en los ámbitos en que sea válida.

No obstante, lo que sucede es que esta comunicación mediante la traducción plantea a menudo las cosas como si los idiomas no tuviesen influencia los unos en los otros, como si fuesen algo inmutable, es decir, la traducción funciona como un filtro cerrado para las interferencias entre formas de comunicación y entre lenguas. Del conocimiento que la lingüística contrastiva ofrece sobre los idiomas que la traducción sitúa frente a frente debería obtenerse un mecanismo óptimo de conversión. Pero lo que es seguro es que esto no sucede así. En este mismo número podemos ver cómo plantea Sergej Gontxarenko la influencia que la traducción tiene en la literatura rusa. En nuestro caso es aún más evidente la influencia que un idioma puede tener en otro a través de la traducción, así como la cantidad de interferencias que pueden surgir. Y eso se debe, fundamentalmente, a la situación lingüística de este pueblo. Precisamente, en este pueblo la mayoría de los ciudadanos son capaces de hablar en francés o en castellano con un nivel de competencia normal; y algunos de estos son capaces de hablar también en euskera (no queda prácticamente nadie que solamente sea vascoparlante).

Estando así las cosas, una gran parte de la información que se traduce al euskera se origina en nuestro pueblo. Y la consecuencia de ello es que la traducción es también un medio de comunicación interno. Pero si el objetivo es euskaldunizar Euskal Herria, en los centros en que funciona este medio de comunicación la tarea no será solamente traducir, sino también eliminar la necesidad de traducir, teniendo el cuenta que la meta principal es euskaldunizar el entorno. En ese sentido, la traducción está estrechamente unida a la euskaldunización, y por lo tanto está muy relacionada con la normalización lingüística de este pueblo.

Pero no solamente en el sentido que hemos apuntado anteriormente. Debido a la opresión y marginación que ha sufrido el euskera, nuestra lengua ha estado en un lugar marginal durante largos años, apartada de los canales internacionales de información justo en el siglo en que la información más se ha multiplicado. De esa forma, el euskera no ha podido actualizarse día a día y se ha quedado retrasado, hasta el punto que podemos afirmar que nuestro idioma está bastante atrasado en cuanto a su capacidad de responder a las necesidades actuales.

Pero no acaban aquí nuestras desgracias: al contrario, puesto que la mayoría de vascoparlantes conocen también otras lenguas (castellano y francés), lenguas que tienen un mayor prestigio, y puesto que son capaces de comunicarse con gran destreza en estas lenguas, puede pensarse que cuanto mayor es el uso de esas otras lenguas mayor es la probabilidad de que produzcan numerosas interferencias en el euskera; asimismo, el modelo lingüístico del euskera, la lógica nuestra lengua corre el riesgo de seguir el patrón de los otros idiomas, es decir, en una palabra, corremos el riesgo de que las otras lenguas se conviertan en la medida de la nuestra. Y el euskera aparece como muy limitado en sus propias estructuras. Todo esto puede tener mucha relación con el hecho de que las formas en que se habla el euskera en cada lado de la frontera sean cada vez más distintas entre sí.

Si se contrasta el comportamiento lingüístico planteado en el párrafo anterior en una proporción grande de vascoparlantes, podemos ver que ese comportamiento es muy habitual en algunas franjas de edad y en algunos entornos sociales; de ello se desprende que el conocimiento del euskera es también escaso entre quienes afirman conocerlo. Por lo tanto, existe una gran interferencia del castellano o del francés en el habla de muchos vascoparlantes; además, en la mayoría de los casos, la información que manejan ha surgido en esas otras lenguas, a pesar de haberse originado en este pueblo.

Por consiguiente, casi todos los vascoparlantes somos en cierta medida traductores, con teoría o sin ella, obligados por el uso de nuestro idioma y por la situación lingüística.

Así pues, la teoría de la traducción tiene mucho que ver con la difusión del euskera, a la hora de llevar a cabo el trabajo de actualización y adaptación lingüística que se necesita para la euskaldunización de Euskal Herria. Para ello, los traductores y los teóricos deberán trabajar de manera conjunta, en estrecha cooperación, junto con las personas e instituciones que tengan influencia en ese proceso de euskaldunización.

En cualquier caso, si bien la teoría de la traducción y la terminología, e incluso la lingüística contrastiva aplicada al uso del euskera en ese uso de semi-traducción, corresponden a todos aquellos que utilizan el euskera, este trabajo toca más de cerca a algunos agentes. Algunas personas e instituciones tienen un interés más directo en todo lo relacionado con la traducción o con la terminología.

A continuación mencionaremos a esos agentes; es decir, ¿dónde se lleva a cabo fundamentalmente la traducción en Euskal Herria? ¿Dónde existen más necesidades de traducción? En la Administración (ayuntamientos, diputaciones, gobierno, parlamento), en la producción de textos (federaciones, profesores, asociaciones), en la enseñanza media y superior (UEU, UNED), en el ámbito de los creadores de material escrito (Elhuyar, UZEI), en los medios de comunicación (radio, periódicos, revistas, ETB), en las editoriales y en la enseñanza de idiomas. Por lo tanto, a quienes trabajan en esos ámbitos se dirigen las reflexiones que queremos hacer en esta revista sobre la traducción y sobre la terminología.

Ese es el objetivo de esta revista, eso es lo que quiere conseguir. En Euskal Herria, a un grupo de personas bastante más grande de lo que parece a primera vista nos ha tocado realizar o manejar traducciones y terminología, teniendo aún numerosos problemas. Sin embargo, no nos conocemos entre nosotros. Debido a la falta de un medio que nos permita pensar en común sobre nuestro trabajo y profundizar nuestros criterios. Por lo tanto, el primer objetivo de esta revista es ser un vínculo entre todos los que tenemos interés en el ámbito temático que hemos escogido.

Queremos decir que esta revista la realizamos todos, que está completamente abierta a todo el que tenga algo que decir, que preguntar o que cuestionar. Así pues, no es algo que hacen unos para otros, sino algo que hacemos todos conjuntamente para todos.

El segundo objetivo es puesto que no estamos solos en el mundo dar a conocer todo lo que podríamos tomar y aprovechar de la teorización que se hace fuera de nuestro pueblo, es decir, ser un medio de comunicación entre los traductores y terminólogos de Euskal Herria y los de otros países.

Recogeremos reseñas, resúmenes y a veces incluso traducciones. En resumen, a primera vista estos serían los temas que fácilmente tendrían sitio en esta revista.

a) Teóricos:

1. Temas del ámbito de la teoría de la traducción.
2. Temas de lingüística.
3. Historia de la traducción.
4. Literatura y traducción.
5. Traducción pragmática.
6. Trabajo de terminología.

b) Información:

1. Reseñas.
2. Acontecimientos.
3. Crítica.

c) Condiciones profesionales:

1. Organización del trabajo.
2. Condiciones laborales.

De momento hemos pensado en una publicación cuatrimestral, pero si en algún momento percibimos la necesidad de publicar números especiales, de realizar reuniones monográficas o de desarrollar otro tipo de iniciativas relacionados con estos ámbitos, no habría obstáculo alguno para alterar la periodicidad.

Para llevar todo esto adelante, de momento nos hemos reunido tres asociaciones que trabajamos de forma directa en los campos de la traducción y de la terminología, en concreto tres asociaciones que teorizamos fundamentalmente sobre los problemas de la traducción y de la terminología: la Escuela de Traductores, UZEI y Elhuyar. Entre las tres hemos formado un comité de redacción, cuya sede está en la Escuela de Traductores. Este comité tiene a su cargo la preparación de la revista y encargarse de las relaciones que surjan en torno a esta iniciativa.

En pocas palabras, podemos decir que esta revista trae consigo una forma de organización y un medio de comunicación que esperamos sean valiosos para todos los interesados. Creemos que era necesario que las inquietudes que surgen en los ámbitos de la traducción, de la terminología y de la lingüística contrastiva muy relacionadas todas ellas con el avance del euskera tuviesen un lugar donde manifestarse y reunirse. Sin más, sed bienvenidos tanto todos vosotros como este lugar de reunión al que deseamos una larga vida.

La redacción.